Scarface es una gran película. Toni Montana encarna bastante bien la figura prototípica del macho mexicano en busca de legitimación a través del ejercicio de la violencia extrema, el necroempoderamiento. Un no-blanco, no-rico, no-ciudadano americano que intenta sobrevivir y vivir un sueño que no le pertenece.
Lo gore-mexicano se glamouriza en Holliwood. El andriago se convierte en ganster. El culto a Jesus Malverde es abandonado por el culto al rostro verdoso de Benjamin Franklin. La mujer sigue siendo lo mismo, en el primer y el tercer mundo. Un misterio como dice Octavio Paz.
El narco, el yakuza, el mafioso siciliano, colombiano o ruso, etc. Las bestias rubias de Niezsche "capaces de traspasar las fronteras de sus territorios y volver a sus lugares después de orgías de muerte, incendios, violaciones y tortura, jubilosos y en paz con ellos mismos"*
Ahora bien, ¿Cómo hacer un análisis de tales fenómenos sin victimizar ni heroizar, sin compasión ni glorificación? Aquí es dónde falla esta y todas las películas, cómics, novelas, videojuegos, etc.
Tendré que esperar a terminarme el libro de Sayak para descubrir esa posible vía...
* Sayak Valencia, Capitalismo Gore. pp.85
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